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La vulnerabilidad de la democracia

El pasado domingo fuimos testigos de la realización de la “consulta ciudadana” para conocer la opinión de la población en relación a la duración del próximo periodo de la gubernatura.

Ante esta situación, en Coparmex externamos nuestra preocupación al observar que, independientemente de la legalidad de esta actividad, se registrara poca afluencia en las mesas donde se realizaba.

Esto sin duda impactó el resultado del ejercicio, quedando sustentado en un bajo porcentaje de participación. Sin duda, no existe el más mínimo punto de comparación de participación entre las elecciones estatales pasadas y este ejercicio.

El no contar con un proceso legal a seguir, permitió que varias personas tuvieran la oportunidad de votar en más de una ocasión en distintas mesas, haciéndolo público a través de redes sociales, dando a entender que el resultado pierde total credibilidad.

En varias partes del mundo, la práctica es realizar las consultas en concurrencia con la elección de puestos públicos, como en la mayoría de las entidades de Estados Unidos por ejemplo, por lo que llevar a cabo este tipo de actividades fuera del periodo electoral puede conllevar sesgos de participación o baja influencia.  

No tenemos duda de que involucrar a la ciudadanía en las cuestiones públicas es algo benéfico y necesario. Sin embargo, creemos que el respeto a la voz ciudadana, también exige cumplir las reglas de participación con estricto apego a la legalidad.

Este tipo de ejercicios podrían servir al gobierno federal como un ensayo para otras modificaciones a nuestra Constitución, tal como la revocación de mandato, sobre lo que Coparmex ha señalado graves consecuencias políticas, jurídicas, económicas y sociales que esta iniciativa de reforma constitucional ocasionaría en el sistema democrático de nuestro país.

Los grandes cambios políticos, sobre todo en materia electoral como lo es la participación ciudadana, deben nacer desde el gran consenso ciudadano; nunca desde la imposición. Como siempre lo hemos hecho, los mexicanos debemos seguir construyendo nuestro propio modelo de democracia plural, representativa y equitativa, contemplando nuestra historia, nuestros valores y nuestra esencia.

La democracia mexicana no debe sacrificar la gobernabilidad ni la estabilidad del país, bajo el pretexto de abrir espacios de participación ciudadana, que no necesariamente repercutirán en mejores gobiernos. Hoy más que nunca los mexicanos tenemos que defender nuestra democracia. Aún estamos a tiempo de evitar un error de consecuencias catastróficas.

Ciertamente la democracia mexicana es aún perfectible. Cuenta con muchas ventanas de oportunidad para mejorar y fortalecer la participación de los ciudadanos. En esta evolución debemos impulsar medidas como la segunda vuelta en elección presidencial, las candidaturas comunes y los gobiernos de coalición.

En Coparmex continuaremos trabajando, dialogando y aportando propuestas que fortalezcan a la democracia mexicana