Columna

Llamado al Presidente de la República

Los efectos económicos del coronavirus COVID-19 están afectando a todos los países sin excepción. Se estima que durante este mes de abril, casi la mitad del planeta estará en confinamiento. Como resultado, la Organización Internacional del Trabajo afirma que se podrán perder hasta 195 millones de empleos durante el segundo trimestre de este año, lo que implica que desaparecerá 7 por ciento del empleo a nivel mundial.

En términos generales, y de acuerdo con lo observado por la CEPAL, las medidas implementadas por algunos países de la región para proteger la fuerza laboral y los ingresos del hogar comprenden: medidas legales para formalizar el teletrabajo, reducir horas de trabajo, introducir horarios flexibles, pagar vacaciones adelantadas y proteger a los trabajadores de los despidos. Asimismo, comprenden acciones de apoyo salarial para compensar pérdidas de ingresos mediante pagos adelantados, subsidios salariales o vía el fortalecimiento del seguro de desempleo, suspensión o reducción de los pagos de servicios públicos, así como apoyo financiero especial para PyMEs y el sector informal.

La Organización Internacional del Trabajo por su lado, establece que, frente a la pandemia, las respuestas a nivel político tienen que contemplar 4 pilares: 1) estimular la economía y el empleo, 2) apoyar a las empresas, el empleo y los ingresos, 3) proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo, y 4) buscar soluciones mediante el diálogo social.

La negativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, de apoyar las medidas propuestas por la Iniciativa Privada, ya aplicadas en otros países, amenaza con agravar el golpe y la incertidumbre ocasionada por la pandemia. Las medidas o la falta de ellas se traduce en los hechos, en una mejor o una peor calidad de vida para la población.

La mayoría de los países de la región están gastando cantidades históricas para pagar los salarios de empleados, tanto del sector público como del privado, que no podrán trabajar durante los periodos de aislamiento.

El presidente López Obrador no quiere solventar los costos de un buen plan de mitigación de la crisis por la que ya atraviesa el país. Su estrategia se concentra en los programas sociales que ya se aplican en la actualidad, y a la emisión de 22 millones de créditos menores,  de igual manera a un número seleccionado de ciudadanos en el padrón de la asistencia social.

La clave para experimentar una crisis transitoria está en las medidas que se implementen para proteger el empleo. Si el Gobierno mexicano se mantiene en la inacción, podríamos estar hablando de pérdidas de alrededor de entre 1 a 1.5 millones de empleos formales.

La economía mexicana requiere un plan de rescate económico acorde a las realidades de la economía mexicana. Que se construya con base en la ciencia económica y las mejores prácticas internacionales, y no sobre prejuicios ideológicos.

Convocamos al Presidente de la República para que utilice las herramientas fiscales, presupuestarias y de concertación social de que está investido, para evitar que cientos de miles de personas vean desaparecer sus trabajos y millones de mexicanos empobrezcan por la pérdida del ingreso familiar.

Y a nosotros, como ciudadanos, nos toca poner de nuestra parte quedándonos en casa, siguiendo las indicaciones de las autoridades de salud y tratando de salir únicamente para lo necesario. En manos de todos está el superar esta crisis. México es un país grande, no por su extensión, sino por su gente. Es momento de demostrarlo.