Columna

La discusión del Club Campestre

El interés que tiene el Gobierno del Estado por “expropiar” el Club Campestre, ha ocupado los reflectores de medios locales y nacionales en estos últimos días.

Y es que no es para menos, esta acción envía una señal peligrosa a la Iniciativa Privada que podría tener interés en invertir en nuestra región. Casos como este y lo ocurrido con Constellation Brands, dan la imagen de que Baja California no es un espacio seguro para la inversión, pues en cualquier momento podrían cancelarse los proyectos ya autorizados, o bien, tener el riesgo de perderlos ante las ideas de nuestras autoridades.

Se prevé que esta situación sea resuelta en un par de años, por lo que les tocará a otros gobiernos el cargar con las consecuencias de estas decisiones. Al igual que las denuncias por supuestos adeudos del servicio del agua, las cuales debido a los amparos interpuestos por muchas empresas, podrían terminar generando un gasto no previsto para quien esté a cargo del gobierno estatal en ese momento.

También es necesario recalcar que no hemos visto grandes obras que hayan surgido en este gobierno, pues muchas de las que el actual gobernador ha tomado como suyas, son planes que se han gestionado desde el gobierno anterior y que, incluso, fueron criticados previamente por el señor gobernador.

Es necesario aclararlo, esta acción no es una ilegalidad, sin embargo, no existe una justificación precisa para la expropiación del Club Campestre y esto pareciera más un tema de revanchismo político. Da la impresión de querer aprovechar el momento electoral con el objetivo de conseguir los votos de la población que ve estos actos como “heroicos” al enfrentar al sector empresarial.

Vemos con preocupación cómo el gobierno estatal busca generar una separación entre el sector empresarial y la ciudadanía a través de sus discursos y acciones, cuando se debería buscar lo contrario: trabajar en conjunto en temas de importancia, como los homicidios o la recuperación económica posterior a la pandemia.

Si bien su gobierno es de una duración menor a los dos años, creemos que siendo de un partido que cuenta con mayoría en el Congreso, se han dejado ir grandes oportunidades para centrarse en lo que realmente necesita Baja California y solo se ha enfocado en ocasionar más conflictos.

Antes de atacar un área que ha servido como pulmón para la ciudad, se debería enfocar en la recuperación de las más de 200 áreas verdes y las áreas deportivas que se encuentran abandonadas por toda la ciudad, las cuales muchas de ellas están en pésimas condiciones.

Tijuana tiene años que parece una ciudad abandonada por nuestras autoridades: las vialidades están en pésimas condiciones, los homicidios y la inseguridad forman parte de los hechos de cada día, la falta de infraestructura. Estos son los problemas reales de nuestra localidad.

Proyectos como el Sistema y Subsistema Metropolitano de Parques Urbanos presentado por el CDT, deberían recibir mayor apoyo por parte de nuestras autoridades, ya que representan una oportunidad para trabajar en beneficio de la imagen de Tijuana.

Invitamos al Gobierno del Estado a que, en sus últimos meses como gestión, trabaje realmente en atender las necesidades de nuestra región. Baja California nos necesita.