El problema del desempleo en jóvenes
Los jóvenes de 20 a 29 años de edad, constituyen el segmento de la población que se encuentra más rezagado en la reactivación del mercado laboral en México; por lo que han sido los más afectados por la pandemia y, desafortunadamente, los últimos en ser atendidos.
Antes de la pandemia, los jóvenes ya enfrentaban un panorama complejo en el mercado laboral. Datos del primer trimestre 2020 muestran que el 41% de las personas entre 15 y 29 años trabajaban en la formalidad, porcentaje menor al del total de la población ocupada (44%).
Ya con la pandemia, el porcentaje de jóvenes en situación de pobreza aumentó de 42.3% a 46.1% del 2018 al 2020, esto se tradujo en 1.6 millones de jóvenes más que no pueden satisfacer sus necesidades básicas; 900 mil de estos jóvenes pasaron a ser pobres extremos (CONEVAL, 2021).
Hay 384,225 personas jóvenes ocupadas menos de las que había previo a la pandemia, esto es (-)2% menos. Aún prevalece el rezago de los empleos que debieron de haberse creado para los jóvenes que se incorporan al mercado laboral (alrededor de 1 millón anual).
Necesitamos fomentar la creación de empleo formal, así como apoyar a las familias que perdieron su fuente de ingresos. Por eso en COPARMEX, proponemos 4 acciones para mitigar el impacto diferenciado que han experimentado los jóvenes:
- La implementación de un incentivo a la creación de empleo formal, que considere apoyos especiales a la contratación de jóvenes y mujeres.
- Urge un apoyo monetario para las personas que han perdido su empleo o su fuente de ingresos.
- Reincorporar la deducibilidad al 100% de las prestaciones laborales, permitiría reducir los costos de la formalidad.
- En COPARMEX creemos que no sólo el gobierno debe actuar, sino que el sector empresarial tiene mucho que aportar.
Nuestro llamado es para que los jóvenes y sus necesidades sean visibilizados, a que haya empatía con ellos. Son 30.7 millones de mexicanos que representan casi el 25% de la población. En COPARMEX creemos que los jóvenes, más que becas que les permitan satisfacer requerimientos inmediatos, necesitan alternativas para su desarrollo educativo, profesional e incluso físico.
La pandemia los ha afectado con mayor severidad, hoy lo vemos en su salud con la tercera ola de contagios, pero también les ha restringido sus oportunidades laborales y educativas.
Nuestro llamado es a sumar fuerzas -sector público y privado- para ayudarlos a recuperar el tiempo perdido y a darles las oportunidades que merecen. Los jóvenes deben ser vistos como el motor de la reactivación económica y como los principales factores de cambio social del país. Deben ser prioridad para todos.