La “Primera Línea” el Pretexto que está Matando al Personal de Salud
Preámbulo
Hoy, a poco más de un año de declarada la emergencia, México acumula más de 2.2 millones de contagios y más de 321 mil muertes por COVID-19 de acuerdo con datos oficiales. Según las cifras de exceso de mortalidad advertidas por algunos expertos, nos convertimos en el segundo país con más decesos en el mundo. Queda claro que la estrategia de contención falló.
El resultado es que, además, tenemos la tasa de letalidad más alta del mundo, mueren casi 9 de cada 100 personas que se contagian, mientras que la tasa promedio en el mundo es 3.3%. Pero algo que agrava aún más la situación es que tenemos una de las cifras más altas en cuanto al número de muertes en el personal de salud por COVID-19 según un informe de Amnistía Internacional con cifras de la Organización Mundial de la Salud.
Es muy importante señalar que el 27% de las muertes en personal de la salud no fueron quienes están en la llamada “primera línea”, sino el personal de “primer contacto” como son los médicos generales, médicos familiares, enfermeras e incluso odontólogos. La diferencia en el porcentaje es claro en comparación con el 7% de médicos de cuidados intensivos, cuya cifra es menor, aunque no menos relevante, y esto es gracias a que cuentan con equipo de protección y protocolos más estrictos.
Hoy, México no puede darse el lujo de que la Estrategia de Vacunación falle. Esto puede ocurrir si las autoridades insisten en el argumento falaz de que la prioridad en vacunarse debe estar en el personal de salud de la “primera línea”, cuando en realidad son los médicos en consultorios y farmacias públicos y privados, que son quienes están teniendo el “primer contacto” con pacientes COVID.
El personal de Primer Contacto
Sabemos que el 59% de casos de infección provienen por la transmisión asintomática, y que uno de cada tres casos procede de personas que infectan a otras antes de mostrar algún síntoma.
En este sentido, los integrantes del personal de salud de “primer contacto” son quienes están más expuestos porque brindan servicio a pacientes asintomáticos o que acuden a médicos generales o de especialidad, en hospitales, centros o consultorios públicos o privados, así como en miles de farmacias, antes de llegar a la terapia intensiva. Estos médicos reciben a miles de pacientes con COVID. Por ejemplo, un médico general o especialista está en peor situación que alguien que trata COVID, porque no tiene equipo de protección requerido.
Pese a ello han quedado fuera de la campaña nacional de vacunación por no ser considerados dentro de “la primera línea”.
La Política Nacional de Vacunación contra el SARS-CoV-2
Es el documento rector publicado el 8 de enero de 2021, en él se estableció como la Etapa 1: el enfoque en personal de salud de “primera línea” de atención a la COVID-19, y establece un universo de 963 mil 697 integrantes del personal de salud.
Realmente no se conoce la cifra precisa de personal de salud a nivel nacional porque debe incorporarse a la totalidad de quienes participan en el sector público y en sector privado en su conjunto. Según el INEGI, el personal privado se estima que asciende a 92,169 médicos pero colectivos y sociedad civil han expresado que los trabajadores de la salud en el sector privado son más de 500 mil personas.
Pese a haber sido actualizada el 6 de abril pasado, la Política excluyó al personal de salud que no se encuentra en esa “primera línea” pero que está severamente expuesto a contagio por lo que podría configurarse un acto de discriminación, una clara violación al derecho humano de igualdad al excluir de la vacunación prioritaria a dos segmentos importantes, tanto a médicos, enfermeras, odontólogos, camilleros, conductores de ambulancias e incluso personal de limpieza; pero con mayor claridad se excluyó al personal del sector privado.
No hay justificación razonable alguna para ello, puesto que el alto riesgo de infección no distingue entre la práctica médica pública y privada.
Es preciso apuntar que en la clasificación del riesgo de los trabajadores por ocupación publicada por la propia Secretaría de Salud y por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social se incluyó a los trabajadores de la salud como de muy alto riesgo de contagio. Asimismo, dentro de las recomendaciones emitidas por el Grupo Técnico Asesor de Vacuna Covid-19 que funciona como órgano consultivo para la estrategia de priorización de grupos poblacionales a vacunar se señala como grupo prioritario a los trabajadores de la salud en un sentido amplio, sin diferenciar por líneas de atención.
El llamado de COPARMEX
En COPARMEX consideramos que una de las acciones prioritarias para combatir la pandemia es la vacunación inmediata a todo el personal sanitario, tanto público como privado. Exigimos trato igual para todos.
El Plan Nacional de Vacunación se ha quedado corto, el Gobierno debe cumplir con los plazos, la distribución adecuada de las dosis recibidas, las metas en la cantidad de las personas inmunizadas y enfocarse en garantizar la seguridad del personal médico. Desde el sector empresarial le decimos a las autoridades que cuentan con nosotros como un aliado para facilitar y acelerar la vacunación a nivel nacional.
Según el portal timetoherd.com con información de la Universidad de Oxford, al ritmo de vacunación actual, México tardaría 496 días en alcanzar que el 70% de la población esté vacunada contra el COVID-19, esto es 5 veces más que EEUU, 4 veces más que Chile y 2 veces más que España. Si el ritmo de vacunación sigue siendo lento, la enfermedad estará entre nosotros por más tiempo y necesitamos al personal de salud listo, seguro, motivado, reconocido y cobijado por todos.
Nuestro llamado es a que se ponga fin a la diferenciación errónea y discriminatoria, no hay personal médico de primera, segunda y tercera línea; Hay personal médico de primer contacto que debe ser vacunado cuanto antes.
Hoy más que nunca México debe estar del lado de los camilleros, trabajadores de administración y de limpieza, vigilantes, laboratoristas, enfermeras y médicos sin distinguir si son del sector público o privado. A ellos todo nuestro agradecimiento, solidaridad y admiración.