Columna

Un México unido

En los últimos días pudimos ser testigos de los efectos devastadores que los recientes terremotos causaron a las poblaciones de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Morelos, Estado de México, Puebla y la Ciudad de México.

Muchas vidas se perdieron, sin duda, lo más lamentable. Naturalmente se dañaron viviendas, negocios e inmuebles de valor cultural e histórico.

Desde los primeros instantes en los que se iniciaron los trabajos de rescate y reconstrucción, en Coparmex nos comprometimos a apoyar a personas afectadas y zonas dañadas a través de los 65 Centros Empresariales de nuestra Confederación.

Algo que nos dejó muy claro ese hecho fue el espíritu generoso de los mexicanos, el cual superó ampliamente cualquier expectativa posible y que, por mucho, ha rebasado la respuesta del Estado.

Toda la sociedad dio su voto de confianza volcándose para ayudar, ya fuera a través de donativos en especie o haciendo un aporte económico. México se ha unido como nunca antes. No importaba la región ni el nivel socio económico de la persona; la gran mayoría de la población ha aportado su granito de arena para sobrellevar esta situación.

Pero a la vez, en este tipo de situaciones la transparencia en el uso de la ayuda humanitaria, la rendición de cuentas de los tres órdenes de gobierno y, sobre todo, el imperio de la ley, son factores vitales para hacer frente a la tragedia.

Esta ha sido una tarea gigantesca que requiere la participación de la sociedad organizada para acompañar al gobierno y asegurarnos que los recursos se destinen efectivamente a los fines para los cuales fueron donados.

Nosotros demandamos a los gobernantes que sean prudentes, sensatos y poner lo trascendente por delante. Además, miles de ciudadanos han solicitado a los partidos políticos que donen a las víctimas de los sismos parte de los recursos aprobados para su operación y campañas electorales.

Por ello en Coparmex demandamos al Poder Legislativo que apruebe las reformas legales necesarias para disminuir radicalmente, por lo menos para el ejercicio 2018 y las elecciones a celebrarse ese año, el financiamiento público ordinario y el de campaña que tienen previsto recibir los partidos políticos.

Somos una sociedad participativa, eso ha quedado claro. Por ello es que los invito a continuar con esa actitud y seguir exigiendo a nuestros políticos por una sencilla razón: ellos están para trabajar en beneficio de la ciudadanía y no para enriquecerse con nuestros recursos.

El futuro y la mejora de México está en nuestras manos, no volvamos a caer en la apatía y el conformismo ante diversas situaciones que ocurren y nos afectan.

Hoy nuestro país enfrenta retos difíciles. Sin embargo, está claro que para superarlos cuenta con todos los mexicanos y, esa, es la mejor garantía para saber que saldremos adelante.