Columna

La nueva Reforma Educativa

La educación, como objetivo de política pública, es una de las piedras angulares para el desarrollo. Sin ella, la posibilidad de acceder a la economía del conocimiento y la democratización de la productividad es imposible.

Desafortunadamente, México ocupa el último lugar de la prueba PISA. Además, solo el 23% de los jóvenes mexicanos tienen educación superior, quedando debajo del 44% de los países de la organización.

En Coparmex observamos con preocupación, retrocesos en temas críticos presentados en la Reforma Educativa, como la supuesta gratuidad de la educación, la eliminación de la evaluación docente y la ausencia de un plan estratégico en materia educativa.

La reforma decreta la gratuidad de la educación superiorincluyendo la obligación de garantizar que las universidades públicas cuenten con el presupuesto necesario.

Sin embargo, el presupuesto público no está posibilitado para cumplir esta propuesta. Los graves problemas financieros que enfrentan las universidades públicas se están multiplicando en todo el país. Un ejemplo es lo que ocurre actualmente con la UABC.

Es por ello que el camino a la gratuidad debe comenzar por el establecimiento de reglas claras en la asignación de sus recursos, acompañadas de fórmulas basadas en indicadores de desempeño, transparencia y eficacia en el uso de los recursos.

También, se debe fomentar la mayor recaudación de recursos propios, así como las aportaciones de los estados y municipios hasta alcanzar el objetivo de 50-50.

Es evidente que la reforma educativa deja un mensaje claro y alarmante: no habrá consecuencias para un mal desempeño de los docentesNo vincula la permanencia de los maestros al resultado de sus evaluaciones. Con ello, abre la puerta al regreso de prácticas perjudiciales para la enseñanza como la venta de plazas.

Además, el sindicato de maestros podría tener el control de la mitad de las plazas de nueva creación, una medida contraria a la transparencia y a la recompensa basada en el mérito.

Ante esto, urge ampliar y consolidar la rectoría del Estado en materia educativa, manteniendo el control de las plazas, así como la capacitación y evaluación continua de docentes. Igualmente, debe  tener consecuencias el bajo desempeño de los maestros. Sin ello no habrá incentivos para aumentar la calidad educativa.

Finalmente, es urgente que el gobierno presente una estrategia clara y coherente a nivel nacional.

El PND (Plan Nacional de Desarrollo) presentado hace unos días, no es un documento digno de la altura de miras que requiere el problema educativo en México. Es un simple recuento de culpas sobre la situación educativa. No expone una estrategia puntual para superar los problemas y no plantea objetivos ni estrategias claras que den certidumbre al rumbo que tomaremos en los próximos años.

Hacemos un llamado al gobierno para ampliar el apartado sobre educación en el PND. Es necesario que se den a conocer de forma puntual cuáles serán las estrategias, rutas de acción, metas e indicadores que se plantean conseguir en este sexenio. Sin ello, el camino al éxito es imposible.

En Coparmex, reiteramos nuestro llamado al gobierno para hacer un verdadero compromiso con la calidad educativa y el futuro de México.

No permitamos que la calidad educativa, y los avances que hemos dado en la materia, sean secuestrados por quienes se empeñan en hacernos retroceder como país.

México merece y puede tener un mejor futuro.