Columna

México for Dreamers

México es, sin duda alguna, un socio comercial de gran importancia para Estados Unidos. Somos la economía número 15 del mundo medida a través del Producto Interno Bruto en dólares; tenemos un mercado de poco más de 119 millones de personas y contamos con finanzas públicas sanas.

Además, poseemos una plataforma logística envidiable para conquistar los mercados globales, gracias a nuestra posición geográfica estratégica.

Indudablemente el TLCAN ha permitido estrechar las relaciones entre México, Estados Unidos y Canadá. Además, ha transformado la economía de nuestro país.

La integración ha permitido a México lograr avances sustanciales en estos 23 años: nos transformamos de exportadores de materias primas y petróleo, a productores de bienes de alta manufactura, especialmente en tres sectores: automotriz, electrónica y aeroespacial con una planta productiva diversificada.

El 82% de las exportaciones mexicanas son enviadas a Estados Unidos y algunas cifras extraoficiales revelan que 22 estados de la Unión Americana tienen a México como el primer o segundo mercado para sus exportaciones.

A pesar de los grandes avances de México, persisten evidentes desigualdades entre nuestros países y precisamente ese sigue siendo el principal motivo del fenómeno migratorio.  Ha sido gracias a la evolución de México que cada vez es menor el número de personas que se van a Estados Unidos, lo que significa que la inmigración mexicana es menos trascendente dentro del gran total.

Pero hay un nuevo reto frente a nosotros: la situación de casi 800 mil jóvenes inmigrantes que ingresaron a Estados Unidos siendo niños, el 75% de ellos es de origen mexicano. A través del Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés) creado en la administración anterior, habían tenido acceso a permisos renovables cada dos años para trabajar, inscribirse en la universidad y solicitar licencia de conducir. El programa fue cancelado en septiembre pasado.

La aportación de los “Dreamers” a la economía de los Estados Unidos es indiscutible: más del 93% de esos jóvenes mayores de 25 años tienen un empleo, muchos de ellos han formado familias y tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses, cuentan con patrimonio propio, y han forjado un sentido de identidad y de pertenencia en el país vecino.

El desarrollo de México nos ha permitido generar oportunidades de educación superior, pero evidentemente los jóvenes inscritos  en el programa DACA, los Dreamers, aspiran a estudiar en Estados Unidos.

Por ello hace un par de días, la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, A.C. y Coparmex a través de nuestro Presidente Nacional Gustavo de Hoyos Walther, presentaron un programa de apoyo a los “Dreamers”, para orientarlos y representarlos jurídicamente  a través de una plataforma tecnológica que vinculará a los interesados con los especialistas que les brindarán asesoría y representación.

A través de esta plataforma (http://mexicofordreamers.bma.org.mx), los 65 Centros Empresariales de México estaremos vinculando a los “Dreamers” con ofertas de trabajo, esperando dar oportunidad a éstos jóvenes para que pueden permanecer en Estados Unidos y concluir sus estudios.

Confiamos en que esta iniciativa no sólo cambie la vida a los jóvenes que puedan recibir asesoría jurídica, sino que además sirva para transformar también la vida de sus familias, en la medida en que sea un vehículo de movilidad social hacia el futuro y permita generar mejores condiciones en la convivencia entre México y Estados Unidos.