Medellín
La que hace 40 años se decía era una ciudad sin presente y sin futuro, apodada la ciudad “más violenta del mundo”, y que destacaba por sus muy altas tasas de violencia, pobreza y desigualdad social, hoy es una ciudad que pudo reinventarse, transformarse, y convertirse en una ciudad hermosa, desarrollada, civilizada, segura y próspera.
Tuve la oportunidad de visitar Medellín, Colombia recientemente, y conocer de cerca gran parte de la ciudad. Quedé sorprendido por el excelente sistema de transporte público y la calidad de su infraestructura urbana. En 1995 inauguraron – después de 10 años de construcción- el metro, que además forma parte de un sistema integral que incluye tranvía, teleférico, autobuses y bicicletas. El sistema es ordenado, limpio, muy bien mantenido y de costo accesible.
Medellín decidió apostarle a la educación y la inversión en infraestructura, y no se equivocó. Hoy Medellín es una ciudad destacada, llegan las inversiones, muchos quieren vivir allá por la calidad de la ciudad y la calidez de su gente. Ellos saben que la mejor manera de combatir la profunda desigualdad social y la violencia, es la educación. Ha sido un esfuerzo de todos, sociedad y gobierno, en donde todos aportan tanto recursos como talento. Se han organizado de forma tal, que se han orientado en la dignificación del espacio, la incorporación de la mejor tecnología y muchos estímulos para aumentar la cobertura.
Encontré muchas similitudes entre Medellín y Tijuana. Las dos ciudades tienen orografía montañosa, excelente clima, su canal por el medio, y un gran desarrollo económico. Muchos edificios en ambas ciudades, sólo Medellín es más verde-boscoso.
Tijuana ha sido muy favorecido por su ubicación estratégica junto a Estados Unidos. La ciudad lleva años de crecimiento económico sostenido gracias a su consolidación como un gran centro de manufactura avanzada, y el surgimiento de nuevos nichos, como el turismo médico, la industria del vino y la construcción vertical. Sin embargo, mucho de este crecimiento no ha sido resultado de una planeación de ciudad, ni acompañado de las inversiones necesarias en infraestructura, educación y servicios públicos. Hoy el desarrollo económico parece rebasarnos y debemos acelerar para no quedarnos atrás. La inversión en educación e infraestructura sí da resultados. Se vale aprender de otras ciudades. Lo importante es reconocer nuestra situación, nuestros retos y áreas de oportunidad y ponernos a trabajar en el diseño de políticas públicas con visión de largo plazo y crear hoy, el futuro que queremos. Los recursos se consiguen cuando hay buenos proyectos. Porque solamente unidos, sociedad y gobierno, podremos tener una mejor Tijuana.